¿Vacaciones? Terror de mascotas

Jorjita Beagle

 

Se acercan meses de vacaciones, y ese periodo se convierte en un verdadero suplicio para muchas de las mascotas. Por un lado tenemos a los humanos bienintencionados que, entendiendo que su mascota no les puede acompañar, optan por ingresarnos en un albergue. Pero a veces en ese periodo nos pasamos incomunicados en una jaula prácticamente el día, salvo unas pocas horas que nos dejan jugar. De ahí que recomiendo que visitéis las instalaciones antes y comprobéis que los perros sociables estén sueltos y que solo nos recojan por la noche para dormir.
En el caso de los perros, que somos de naturaleza gregaria, y que no entendemos que la manada se pueda separar en ningún momento, al permitirnos jugar todo el día con los compañeros de albergue, se nos hace más llevadera la tristeza por la falta de nuestra familia, de nuestro espacio, de nuestra comida.

Por otro lado están los humanos desconsiderados, maltratadores y delincuentes, que directamente optan por abandonarnos en la calle sin ningún miramiento. Su desconexión de la realidad es tan grande que no llegan a pensar en ningún momento que, en el mejor de los casos, vamos a ser pasto de las ruedas de algún coche; que muy probablemente moriremos de hambre, sed o pena, o apaleados por algún retrogrado, sádico y acomplejado que disfruta con el sufrimiento ajeno. Eso sin contar con la posibilidad de car en manos de alguna mafia, que nos utilizará como carnaza en sus peleas de perros.

Gandhi decía que “La cultura de un pueblo se mide por el modo de tratar a los animales”. Y desde ese punto de vista, qué mala foto hace esta comunidad, donde anualmente se abandonan más de 17.000 mascotas al año, según datos de la FAPAM. Todo esto sin tener en cuenta que el 15 de octubre de 1.987 la Unesco aprobó la Declaración Universal de los Derechos de los Animales, ratificada posteriormente por la ONU. En dicha declaración se encuentran propuestas como “todo animal tiene derecho al respeto” o “todos los animales tienen derecho a la atención, a los cuidados y a la protección del hombre” (Art. 2), “ningún animal será sometido a malos tratos ni a actos crueles” (Art. 3).

El correcto proceder sería que si usted, por los motivos que sea, se quiere desentender de su mascota, nos acerque a cualquiera de los albergues que tenemos en Madrid con gente maravillosa, que están dispuestos a hacerse cargo de nosotros; pero por favor, tenga un poco de sensibilidad y un pequeño grado de civismo y no nos abandone a nuestra suerte. Muchas gracias.