Nuestros derechos, nuestro compromiso y nuestra responsabilidad



ANA DE GÓNGORA. Abril 2019.

Esta primavera se nos presenta con mucha actividad, y debemos estar muy atentos y despiertos porque es mucho lo que está en juego. No sirve mirar para otro lado o excusarse. Para que la democracia sea real, la ciudadanía debe implicarse actuando.

En mi opinión, debemos poner mucha atención en lo que dicen y en cómo actúan los políticos sin dejarnos llevar por cantos de sirena; debemos mirar más allá de banderas, de símbolos y señuelos, de muletillas y mantras repetitivos; no debemos aceptar mensajes ofensivos, ni de odio, ni discriminatorios; que no pretendan eliminar derechos adquiridos ni imponer prohibiciones. Muchos de estos temas que plantean algunos o están ya en vigor o son inconstitucionales, así que deben usarlos simplemente para armar ruido y aturdir o complacer a quienes les siguen.

Los políticos parecen estar pendientes de porcentajes de votos y posibles escaños, sin prestar atención a lo que la ciudadanía está demandando repetidamente y desde distintas perspectivas, reivindicaciones pendientes de ser atendidas o de poner en marcha: jubilados; profesionales y pacientes de la sanidad pública; profesores y estudiantes universitarios; afectados por los desahucios, las hipotecas, los alquileres; las reivindicaciones de las mujeres el 8M, las huelgas y manifestaciones feministas que se producen a nivel mundial. Así podríamos continuar enumerando problemas que atañen a la ciudadanía, como los de los trabajadores, unos porque no lo tienen o es tan precario que es como si estuvieran en una cuerda floja permanente, otros que después de mucho tiempo temen perderlo en cualquier momento porque la empresa les presiona con “esto es lo que hay, y si no al paro”.

Mas parece que para algunos políticos el mayor problema son las banderas y los lazos. El tema de Cataluña da la impresión de que es como el “Brexit” británico: comenzaron con él para distraer de otros problemas, se les fue de las manos y llegan a la situación actual, los que crearon el problema se hicieron a un lado y dejaron la patata caliente a los que llegaron después, y éstos, los de allá y los de aquí, en lugar de buscar una salida airosa han acabado enredando más maraña y algunos tratando de aprovecharse de la situación. Por eso, atención a los mensajes y actitudes a la hora de votar.

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