Una fuente da nombre a un barrio del distrito de Salamanca



CARLOS RODRÍGUEZ EGUÍA. Enero 2017.

La Quinta Fuente del Berro es uno de los parques madrileños más desconocidos, estando considerado entre los más bonitos. Es uno de los jardines históricos del Madrid del siglo XVII. Su origen fue un real sitio, encargado por Felipe IV, en terrenos de la Quinta de Miraflores, que el monarca adquiere en 1630 al precio de 32.000 ducados. Fuera de la finca se encuentra la Fuente del Berro, que da nombre a la calle La Fuente del Berro, en el barrio de Goya, y al barrio Fuente del Berro del distrito de Salamanca, delimitado por la M-30, Doctor Esquerdo, O’Donnell y Alcalá. Está situado entre los barrios de Goya y La Guindalera. Desde 1977, el agua de la fuente, de uso público desde 1932, procede del Canal de Isabel II.

Catalogado como parque histórico artístico, después de haber sido transformado y ampliado, ha sido objeto de intentos de modificación rechazados. Un vecino del barrio Fuente del Berro consiguió, cuando era concejal del distrito de Salamanca, que no se instalaran pistas deportivas. Sin embargo, sería deseable que se construyeran rampas para evitar tanta escalera. Los jardineros municipales se encargan de la poda y la limpieza. Otros servicios, como conservación de fuentes, mantenimiento de la instalación de riego, etc., se han privatizado. En 2013, la entonces alcaldesa Ana Botella incluyó al parque en la lista de privatizables.

Declarado jardín artístico en 1941 y comprado por el Ayuntamiento en 1948, después de haber tenido muchos propietarios, es parque municipal desde 1954. La entrada principal está en la esquina de la calle Enrique D’Almonte con Jorge Juan. Por ahí se accede al Centro Cultural Fuente del Berro, cuyo edificio es el palacete Quinta del Berro. Rehabilitado por el Ayuntamiento, lo convierte en centro cultural en 2003.



En 1968 se incorporan al parque los Jardines Sancho Dávila, a los que se entra por la plaza de la América Española y la calle colindante Sancho Dávila, paralela a la M-30. De las restantes entradas al parque, la de calle Peñascales es la más cercana a Sancho Dávila. Los jardines, con zona de juegos infantiles, siguiendo por una pendiente arbolada enlazan, a través de un paso elevado peatonal sobre la M-30, con el parque y con La Elipa, en el barrio administrativo  de Ventas, perteneciente al distrito de Ciudad Lineal.

Las visitas guiadas al parque duran unas dos horas y media. Atravesando praderas ondulantes, subiendo y bajando escaleras, se contemplan construcciones como la Casa del Reloj, antiguo pabellón de los guardeses de la finca, estatuas, fuentes, cascadas, estanques y variedad de árboles y arbustos. Un buen espectáculo gratuito en el barrio Fuente del Berro. En una rima de Bécquer, escrita en su monumento del parque, se dice: “Hoy como ayer, mañana como hoy, / ¡y siempre igual! / Un cielo gris, un horizonte eterno / y andar… andar”.

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