La usura es así

Corren malos tiempos para la lírica, pero tremendamente buenos para la banca: leo en El País (3/2/2023) que el Banco Santander anunciaba el 2 de febrero unos beneficios récord de 9.605 millones de euros en 2022, un 18% más que en el ejercicio anterior; el BBVA hacía algo similar un día antes, declarando que el año pasado ganó más que nunca, concretamente 6.420 millones de euros; el Sabadell, por su parte, ha impulsado sus ganancias más de un 60%, y Unicaja casi dobló sus beneficios del 2021. Enhorabuena a los premiados, que dijo alguien.

El mismo día también InfoLibre se hace eco de la bonanza bancaria: “Los cinco bancos del Íbex [Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell y Bankinter] sumaron 20.489 millones de beneficios el año pasado, un 28,3% más que el anterior, con Santander y BBVA batiendo sus récord históricos”. “BBVA repartirá el mayor dividendo en 14 años, mientras que Caixabank lo mejorará un 58% y Sabadell destinará la mitad de sus ganancias a remunerar a los accionistas”, añade el mismo medio. Qué maravilla, así da gusto dedicarse a la banca, ¿no les parece? Atrás quedaron aquellos tiempos oscuros en los que les iba tan mal y hubo que rescatarlos con dinero público, no sé si lo recuerdan… Y ahora que les va tan bien, ¿qué harán?

Pues aportar a la caja común no parece ser una opción que les tiente, ya que, como publica el mismo día elDiario.es, “Las entidades, que tienen que hacer el primer pago antes del 20 de febrero, se encuentran ahora analizando si recurren este impuesto”. Ah, demonios, es que la usura es así: adora recibir, pero le resulta dolorosísimo dar aunque sea su obligación. Por eso a los bancos les suele ir bien mientras que la tendencia habitual entre las personas corrientes es de regular a mal. Y encima a las personas corrientes no las rescata nadie cuando naufragan en la vida, pero a los bancos sí.

Y por curiosidad, ¿cuánto duele la cosa? Pues según la información publicada en este último medio, “Los cinco bancos que han informado del gasto de este año en el nuevo impuesto a la banca —CaixaBank, Santander, BBVA, Sabadell y Bankinter— estiman una factura acumulada de unos 1.000 millones de euros. El principal desembolso será el de CaixaBank, que pagará 400 millones de euros. BBVA y Santander, por su parte, estiman un gasto de unos 225 millones cada uno. Sabadell abonará 170 millones y Bankinter, entre 80 y 100 millones. Unicaja es la única de las grandes entidades que no ha publicado este dato”. Lo que en términos técnicos denominamos “una pastaza gansa”, que podría venir muy bien para muchas cosas (sanidad, educación, transportes…), aunque esto a los señores banqueros y a las señoras banqueras no parezca derretirles la gomina o la laca, que para gustos están los fijadores.

Ojo, que no es una suposición mía: como continúa la misma fuente, “La entidad que ha sido más clara en esta batalla ha sido Bankinter, aunque todas han dejado la puerta abierta a judicializar el nuevo tributo. ‘Estamos analizando desde el punto de vista jurídico si tiene sentido o no una impugnación del impuesto’, ha asegurado José Ignacio Goirigolzarri, presidente de CaixaBank”. Claro, claro, Pepe Nacho: ¿para qué pagar, si se puede evitar? Que si pagamos luego lo convierten en paguitas para la chusma o en esos caprichitos de pobres que son los servicios públicos, ¿verdad, compibanqui? El dinero está mucho mejor en los bancos, que es su sitio, y de ahí a los bolsillos de los accionistas, que los yates y los descapotables no se pagan solos, pardiez.

Y se saldrán con la suya, ya os lo digo yo… Y claro, así nos va.


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