Siguen las mismas reivindicaciones

Sí, tristemente, nueve años después y con más motivos añadidos dados los tristes sucesos vividos recientemente, se ha comprobado la importancia de la Seguridad Social de gestión pública, sobre todo porque lo importante de esta gestión es la salud de las personas, mientras que para la privada lo importante es el beneficio: los enfermos son clientes, y lo que consiguen de la Administración es seguir añadiendo beneficio derivando pacientes de la Seguridad Social a sus centros privados y a sus hospitales. Además tienen un coste a añadir si el enfermo es de una zona distinta de la que les corresponde.

Antes las reivindicaciones, siendo importantes, eran más lúdico-festivas. Ahora hay que ir con mascarilla y sin desplazamientos, procurando mantener lo que llaman “distanciamiento social”, aunque yo preferiría llamarlo “físico” o “de seguridad”, porque en realidad es de esto de lo que se trata si es entre personas que no conviven: es por seguridad de ambas personas. Pero el objetivo sigue siendo mostrar la solidaridad con el personal sanitario y todos cuantos trabajan en y por la salud de todos los ciudadanos, incluso, como se ha visto en muchos casos, arriesgando y pagando con su salud, y en ocasiones con su vida.

Hace unos nueve años ya comenzaron el 15M las reivindicaciones ciudadanas. En Madrid fue en la Puerta del Sol, se fue replicando en toda España y se extendió por casi todo el mundo. Así fueron surgiendo distintas causas: en el caso del Hospital de La Princesa era tratar de evitar la privatización y defender los puestos del personal como funcionarios de la sanidad pública. Quien organizaba lo que se llamó “Abrazar a La Princesa” era un sanitario que para avisar del inicio de la marcha soplaba una caracola que se oía a mucha distancia, después usaba un megáfono para empezar las canciones, de las que nos había repartido los textos. El abrazo era dar una vuelta completa en torno al hospital. En una ocasión, al llegar de nuevo frente a la fachada, en la escalinata estaba el coro del personal del hospital, y cantaron varias canciones. Nos emocionamos y terminamos aplaudiendo todos.

De las canciones, no puedo poner aquí todas enteras, pero pondré algunas muestras: “Todos los ciudadanos tenemos un deseo: / que para la privada no haya dinero. / Dinero por aquí, dinero por allá, / la pública p’alante, la privada p’atrás”. Otro trozo: “La sanidad no se vende, / vamos todos a luchar, / no se vende la sanidad”.


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