BBVA devuelve casi 29.000 euros a una víctima de ‘smishing’

Julián Nieves Tabares recibió el 19 de abril un mensaje de texto en su teléfono móvil, aparentemente enviado por BBVA, en el que se le indicaba que su cuenta había sido suspendida temporalmente por motivos de seguridad y que debía verificar su identidad a través de un enlace. Tras pinchar en el mismo, se le redireccionó a una página web, visualmente idéntica a la del banco, en la que introdujo su nombre, apellidos y clave de acceso. Posteriormente se le notificó que recibiría en su correo electrónico la información necesaria para operar desde su teléfono móvil.

“A partir de ahí comencé a recibir decenas de cargos no autorizados en diferentes comercios”, cuenta Julián. En concreto fueron 39 operaciones sin autorización entre el 26 de abril y el 4 de mayo. No fue hasta el 6 de mayo cuando, una vez revisada su cuenta, se percató de que estaba siendo víctima de una estafa. Rápidamente contactó con el Servicio de Atención del Cliente de la entidad bancaria para exponerle lo ocurrido y solicitar que le reembolsaran el dinero. La única respuesta que obtuvo fue que le harían llegar una tarjeta más segura, haciendo caso omiso al fraude que había sufrido.

Por ello, Julián decidió acudir a FACUA Madrid para que ejerciera acciones en defensa de sus derechos. El equipo jurídico de la asociación se dirigió al Servicio de Atención al Cliente de BBVA para reclamarle que reembolsara a su cliente los 28.802,35 euros que le habían sustraído sin su permiso, pues a todas luces se trataba de una estafa.

En el escrito remitido a la entidad bancaria el 30 de mayo se recordaba que el artículo 36 del RDL 19/2018, de 23 de noviembre, de Servicios de Pago y Otras Medidas Urgentes, recoge que “las operaciones de pago se considerarán autorizadas cuando el ordenante haya dado el consentimiento para su ejecución”, circunstancia que no se había producido en este caso. Del mismo modo, el artículo 45 establece que cuando se ejecute una orden de pago no autorizada, el banco debe devolver al cliente el importe de la operación.

Finalmente, la entidad financiera ha atendido la petición de la asociación y ha procedido a devolver a Julián el importe que le habían sustraído.


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