En tiempos difíciles, la creatividad es primordial

El optimismo y la imaginación ganan la lucha ante las crisis. En Madrid hay un restaurante importante en el cual sus jefes, ante las medidas de limitación de aforo y para no despedir a nadie de su personal, recurrieron a habilitar un espacio que era tan grande o mayor que el propio restaurante (no sé si un patio o algo similar) como comedor al aire libre o semicubierto. De este modo pudieron no solo mantener al personal con el que ya contaban, sino que tuvieron que contratar a más personas en vista del éxito que tuvo su iniciativa, pues además de la fama de su cocina, gustaba la opción de poder elegir la zona que preferían a la hora de hacer la reserva.

Otros negocios de hostelería con menos posibilidades se decidieron por hacer la oferta de servir pedidos a domicilio. En muchos casos contaban con personal con bicicleta para hacer la entrega, además de quienes preferían recogerlo en el propio local, siempre con cita previa y sobre el menú a elegir. También los mercados en muchos lugares ofrecen servicio a domicilio, y el teléfono está siempre atendido por una persona dedicada a ello.

También es triste que, en muchos casos, cuando es el negocio de una familia y no tienen muchas opciones para salir adelante, acaban echando el cierre y poniéndolo a la venta, o al traspaso si es alquilado. Cada vez hay más familias que tienen que recurrir a los centros de ayuda, de su barrio o de las asociaciones vecinales. En estos casos ni la imaginación, ni la voluntad ni la creatividad sirven para nada.


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