Los ilustrados, hoy

 I 

Se llama “ilustrado” al poseedor de ilustración, es decir, de buena dosis de conocimientos. A partir del siglo XVIII se conoció como “ilustrados” a los seguidores del movimiento francés de la Ilustración, que estaba a favor de la secularización de la cultura y se caracterizaba por su fe en la razón para resolver los problemas humanos. Kant decía que eran quienes abandonaban el estado de minoría de edad en el que habían estado recluidos por voluntad propia. El punto de apoyo de los “ilustrados” del XVIII fue la Enciclopedia, de Diderot.

 II 

Por “ilustración” se entiende también el dibujo o fotografía fijado o colocado en un medio o lugar. Y si uno da un vistazo a su alrededor ve ilustrados a porrillo, pero no ilustrados enciclopédicos, sino epidérmicos: son los adscritos a la moda del tatuaje; jóvenes, artistas y celebrities y, sobre todo, futbolistas de categoría, muestran brazos, cuellos y otras partes del cuerpo profusamente cubiertas de dibujos.

 III 

Ray Bradbury, el poeta de la ciencia ficción, es conocido por el gran público (“las masas”, diría Ortega) por su novela Fahrenheit 451 (con su quema de libros), llevada al cine por François Truffaut en 1966, con interpretación de Julie Christie y Oskar Werner, aunque tal vez su obra maestra sean las Crónicas marcianas. No obstante tiene otra tan interesante como las anteriores: El hombre ilustrado. En El hombre ilustrado el narrador se encuentra con un individuo con el cuerpo entero cubierto de tatuajes. Cuando los contempla, los dibujos se animan y cada tatuaje cuenta una historia de gran calidad, rebosante de fantasía e imaginación.

 IV 

Pues todo esto me lleva a considerar a los ilustrados de hoy, a los tatuados del momento. Por más que les miro las ilustraciones, éstas no se mueven; y cuando alguno de ellos explica lo que significa cualquiera de sus tatuajes, el argumento es de lo más corriente. Por esta razón sugeriría a los ilustrados de hoy que se ilustraran más, ya que los cuentos de El hombre ilustrado superan a la mayoría de los suyos.

 V 

De paso les informo de que, según he leído en alguna parte, los primeros elementos del género homo que se tatuaron lo hicieron hace muchísimo tiempo, según se aprecia en ciertos restos hallados por unos paleoantropólogos. Así que cuando miremos las ilustraciones con que se adornan, deberíamos reflexionar sobre si su implantación puede deberse a alguna deriva genética.


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