Diego Vasallo en ‘Los Acústicos del Buenavista’: carreteras secundarias

En el Museo Lázaro Galdiano, el pasado 28 de octubre

Probablemente hay dos tipos de artistas: los que buscan el éxito desesperadamente y los que hacen lo que les sale de las entrañas sin tener en cuenta la repercusión que su trabajo pueda obtener. Diego Vasallo pertenece, obviamente, al segundo grupo, y después de haber volado en primera clase durante demasiado tiempo ahora prefiere transitar por carreteras secundarias, ofreciendo discos cada vez más personales e intimistas que, sin embargo, siguen emocionando a sus seguidores, como pudo verse el viernes 28 de octubre, cuando el donostiarra llenó el auditorio del Museo Lázaro Galdiano. Por cierto, este ciclo es una bendición para los degustadores de la buena música en directo.

Con una puesta en escena sobria y acompañado del estupendo guitarrista Fer García, el ex Duncan Dhu olvidó por completo el famoso repertorio de su antigua banda y centró el concierto en su carrera en solitario, especialmente en sus últimos trabajos, recordando, eso sí, a su desaparecido amigo Rafa Berrio, otro habitual de esas carreteras secundarias en las que no caben los tahúres ni los impostores. Sin artificios. En crudo. Voces, guitarras y armónica. Solo tres acordes y la verdad, como resumió un viejo músico de Nashville.

Vasallo ya no necesita el reconocimiento masivo, ya ha estado allí. Ahora disfruta de la vida pintando y escribiendo canciones con arrugas que interpreta con su voz de arena, y que son el resultado de lo vivido por un artista honesto, entregado y excepcionalmente dotado. Un tipo sencillo y humilde, como solo lo son los verdaderamente grandes.

 


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