Otra vuelta en la noria o en el tiovivo



ANA DE GÓNGORA. Noviembre 2019.

Lo que cada cual prefiera. Pero da vergüenza ver la situación que estamos viviendo en este país. Todo porque la mayoría de los políticos que en teoría deberían representarnos, no lo hacen. Nos piden el voto porque necesitan sumar; solo somos eso, uno más. Y la verdad es que aunque solo seamos eso, uno más en la suma, sí debemos exigirles que cumplan con su obligación. Para cuando se publique esto ya habrán sido las elecciones y, quienesquiera que hayan ganado, deber tener claro que gobiernan para todo el país, más allá de su partido y de los compromisos contraídos. A ver si quienes gobiernen consiguen estar a la altura de hombres y mujeres de Estado. Hasta ahora, la mayoría de los que han ocupado puestos destacados como representantes políticos no han dado la talla ni han mostrado la capacidad de diálogo y la cintura suficiente para debatir sensatamente. Más que políticos de altura parecen ser vividores de la política.

Espero y deseo que quienes lleguen o hayan llegado a formar Gobierno lo hagan con mejor voluntad y mayor perspectiva para ocuparse de lo que realmente es importante para que de verdad esto sea una auténtica democracia. Hasta ahora esto parece ser una confrontación permanente, cada cual enrocado en un discurso repetido por todos los de cada partido en un mismo mantra en cada mitin o entrevista: “O yo o el caos”. Sí, vergüenza ajena. Viendo y oyendo mensajes sin contenido únicamente tratando de trasmitir odio o miedo.

Qué pena que tanto orgullo y prepotencia no permitan ver más allá del propio ombligo. Simplemente bastaría con fijarse en el país vecino. Sí, Portugal, al que siempre se ha mirado con superioridad (sin sentido), ya demostró que podía acabarse con una dictadura sin violencia, claro que en eso fue muy importante que quienes encabezaron esa revolución pacífica fueron los propios militares, el Ejército; al contrario que aquí, que se dice que hay quienes son más franquistas que Franco. Portugal ha dado una lección más y muy relevante, al haber sido capaz de formar un Gobierno de izquierdas pactando tres partidos, lo que los partidos de derechas llamaron “la jerigonza” (traducción aproximada), tratando de ridiculizar el pacto porque creían que no iba a funcionar, ya que se unían dos partidos de izquierdas veteranos y uno nuevo, sin experiencia, decían. Pues bien, los tres partidos de izquierdas, con humor y cintura política, aceptaron lo que pretendía ser una burla y decidieron llamar a su coalición “la jerigonza”, y además demostraron que las cosas podían hacerse mejor. Lo demostraron ante la Unión Europea, y sacaron adelante proyectos sociales, resolviendo cuestiones pendientes, y sobre todo devolvieron la esperanza a una sociedad que la había perdido con los recortes y el eterno mensaje que tanto hemos oído por aquí: que estaban “viviendo por encima de sus posibilidades”.

A ver si quienes gobiernen o gobiernan aquí son capaces de hacer que la vida sea mejor y más digna para todos y todas, piensen lo que piensen, crean en lo que crean, amen a quien amen, vengan de donde vengan...

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