Móvil o no móvil, ésa es la cuestión

En estas fechas, con todo un verano por delante, se nos presenta este dilema: usar el móvil o dejarlo descansar. Evidentemente no hay que ser extremista, pues a lo que me refiero es si debemos usar dicho dispositivo más de lo habitual o deberíamos aprovechar este tiempo veraniego que invita a salir y disfrutar de la gente para dejarlo en el bolsillo más tiempo.

Por un lado, el móvil nos puede ayudar a viajar, con las numerosas apps que nos facilitan información de lugares, reservas de hotel y transporte, fotografiar todo lo que se ponga por delante, etcétera. Pero por otro, tal como comentaba antes, poder estar con la gente, disfrutar de un paisaje sin necesidad de fotografiarlo y enseguida subirlo a las redes, o una agradable cena al lado del mar en buena compañía sin necesidad de consultar el aparatito cada cinco minutos.

Como siempre, lo correcto sería hacer un pacto uno mismo primero, y quizás con quien tengas al lado también, sobre cómo vas a utilizar el móvil. Utilizarlo para cosas necesarias, pero en otros momentos saber guardarlo en el bolsillo, bolso, mochila... y pasar de él.

Quizás acabemos comprobando que somos nomofóbicos (miedo a estar sin móvil y desconectados), o por el contrario, y con alegría, que somos capaces de prescindir del móvil cuando queramos.

Hay que lograr un punto de equilibrio. Por ejemplo, pensando en quienes están con nosotros y por los que debemos estar con todos nuestros sentidos. Quizás aquello de “no hagas a alguien lo que no te gustaría que te hicieran a ti” podría servir, si somos conscientes de ello, claro. También el saber saborear y disfrutar de pequeñas cosas, que son solo para ti, y por consiguiente no tienes que compartir obligatoriamente en las redes sociales. Tenemos que pensar, aún más, que nuestro móvil es una herramienta y no un fin.

Desconecta notificaciones, avisa a quien sea de que vas a estar desconectado, para reencontrarte a ti mismo, o lo que sea. En definitiva, prepara a tu “público” para que te dejen tranquilo un tiempo.

Recuerda que los amigos de lo ajeno también están en las redes sociales, y quizás los tengas de amigos, así que ojo con lo que pones en ellas: lo pueden aprovechar. No es por meter miedo, como las compañías de alarmas, es por prevención y por utilizar el sentido común.

Existe la vida fuera del móvil, aprovecha el verano.


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