Roptence

Hasta el presente les he recordado los viejos cines de nuestro distrito. También la industria cinematográfica tuvo en él varios puntos de interés. Por ejemplo, los laboratorios Fotofilm Madrid (Fotofilm Deluxe desde 2005), que estaban situados en La Guindalera, calle Pilar de Zaragoza 30 y 32, antes de ser derribados el año pasado.

Cerca de allí, en Hermanos Miralles (desde 1981 “General Díaz Porlier”) nº 85 (esquina Juan Bravo), estaban los laboratorios Riera, sucursal de la matriz catalana. Ardieron en 1945, perdiéndose cuantioso material importante para la historia de nuestro cine (material incautado por el bando nacional al finalizar la Guerra Civil y NoDo).

Algunos autores afirman que Film Española (1923) contaba con un estudio justamente en la calle Juan Bravo, donde tenía las cocheras el marqués de Urquijo.

Madrid Films estaba ubicada en Diego de León nº 45 (que nació en 1910 como laboratorio en la Carrera de San Francisco nº 4). Ardió en 1950, como ardieron los laboratorios Riera de Hermanos Miralles, a consecuencia de la ignición del material que se usaba como soporte para los rollos de película: el nitrato de celulosa. Recuerden la escena de Cinema Paradiso de Tornatore en la que Alfredo proyecta en una medianera del edificio de enfrente una película. La película termina ardiendo por las mismas razones, convirtiendo la sala de proyección en un infierno.

Estudios Roptence, en el año 1935

 

También existían en nuestro barrio los estudios de doblaje Fono España (1933), situados en Claudio Coello nº 124.

Deseo acabar este recorrido mencionando los Estudios Roptence (1935-1956), calle Príncipe de Vergara nº 84, en el antiguo palacete del doctor José Goyanes Capdevila (actualmente sede internacional de la Institución Teresiana). Era uno de los cinco más importantes de España (con CEA, Ballesteros, Chamartín y Sevilla Films).

Comenzaron en Francos Rodríguez nº 16, donde inicialmente se dedicaron a doblar películas y fabricar aparatos Roptence (o Brensing / Breusing – Roptence). Ernesto González Bernaldo de Quirós y Miguel La Puente inventaron dichos aparatos, idóneos para la grabación de sonido y su uso en las películas. El cine sonoro estaba dando sus primeros pasos. De Quirós además fue representante en España de manera exclusiva de firmas cinematográficas europeas y americanas (Keystone, Vitagraph, Fox…), y de actores como Charles Chaplin, Lec Parry y Lilian Harvey.

Rodaje en Roptence de 'Rosario la Cortijera'

 

Roptence se trasladó a Príncipe de Vergara 84, al edificio diseñado (1919) por Antonio Vázquez Figueroa. Si lo conocen, coincidirán en su singularidad. No en vano fue seleccionado como Bien de Interés Cultural. En el nº 84 contaban con oficinas, salas de prueba y doblado, archivos, cocinas. En 1935 instala edificios de impresión y amplia sus laboratorios. En el quirófano del doctor Goyanes y los garajes se instalaron los laboratorios. En el nº 86 se crean edificaciones, como un estudio de impresión, camerinos, talleres y casillas de transformador y alternadores.

Roptence nos legó desde 1935 muchas películas míticas de nuestro cine: La hija de Juan Simón (1935), de José Luis Sáenz de Heredia y Luis Buñuel; Rinconcito madrileño (1936), dirigida por León Artola; ¡Centinela, alerta! (1937, con codirección y guion de Luis Buñuel); Leyenda rota (1940), de Carlos Fernández Cuenca;  Inés de Castro (1944), de Manuel Augusto Viñolas y José Leitão de Barros; Boda en el infierno (1942), dirigida por Antonio Román. La crisis llegó en 1947, perdiendo su autonomía y pasando a llamarse Chamartín – Roptence. En 1956 desaparecen.

Laboratorios Fotofilm Deluxe

 

Debemos a Roptence muchas otras cosas: por ejemplo el mediometraje en blanco y negro titulado Pompoff, Thedy y Compañía (1940), que es el origen de la saga de cómicos Aragón; el debut de José Luis López Vázquez en María Fernanda, la jerezana (1947), dirigida por Enrique Herreros; o que Carmen Conde, antes de ser escritora, fue minutera, script de rodaje y traductora de guiones (1942-1943).

Para finalizar, el estudio Roptence del nº 86 pasó a ser el Cine Mola (1965; como ya indiqué aquí en La vida alrededor, en el número de noviembre).

En otro momento les comentaré que nuestro barrio también ha servido como plató de rodaje, y mientras tanto me permito soñar con retroceder en el tiempo. Estoy en 1966 y coincido con mi adorada Audrey Hepburn aquí cerca de mi casa, en Diego de León, en las Mantequerías Leonesas.

Audrey Hepburn, en las Mantequerías Leonesas


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