El Ayuntamiento suspende las licencias de 439 edificios de arquitectura neomudéjar

Para valorar su inclusión en el Catálogo de Edificios Protegidos. Algunos de ellos se encuentran en nuestro distrito

El Ayuntamiento de Madrid ha aprobado el pasado 1 de diciembre en Junta de Gobierno la propuesta del Área de Desarrollo Urbano para iniciar la Modificación del Plan General de Ordenación Urbana para el estudio y análisis de la arquitectura popular neomudéjar y valorar si procede su inclusión en el Catálogo de Edificios Protegidos. Asimismo, se suspenden cautelarmente las licencias para construcción, edificación y ejecución de actividades por el plazo de un año en aquellas edificaciones que van a ser objeto de estudio, según ha informado la portavoz municipal, Inmaculada Sanz.

Dicho estudio se ha acotado al ámbito exterior al Área de Planeamiento Específico Centro Histórico, puesto que dentro de ese ámbito los edificios ya han sido estudiados a nivel de Plan Especial de forma pormenorizada y tiene mecanismos específicos de protección respecto del patrimonio.

Se han identificado 439 edificios objeto de análisis en los distritos de Arganzuela, Barajas, Carabanchel, Ciudad Lineal, Chamartín, Fuencarral-El Pardo, Hortaleza, Latina, Moncloa-Aravaca, Puente de Vallecas, Retiro, Salamanca, San Blas-Canillejas, Tetuán, Usera, Villa de Vallecas y Villaverde. Los inmuebles seleccionados permiten su identificación y clasificación dentro del estilo neomudéjar popular, relevante por reflejar una forma de construcción de época, reconocible en la ciudad, que respondería a unas circunstancias sociales y económicas particulares.

Respecto al conjunto de edificios sobre los que ha de realizarse, se han descartado:

— Los edificios que ya se encuentran protegidos en el Catálogo de Edificios Protegidos del PG97 con nivel 3 Parcial o superior, por considerar que ya disponen de una protección adecuada.

— Los edificios protegidos a nivel de Plan Especial o pertenecientes a colonias históricas.

— Los edificios que han sido objeto de intervenciones y transformaciones que los hayan alejado de su configuración original o que ya no conservan elementos característicos recuperables de estilo neomudéjar.

— Los edificios que, aunque estén encuadrados en el periodo neomudéjar, no presentan suficientes elementos definitorios de este estilo para que deba valorarse su protección.

En cuanto a la suspensión cautelar de licencias, no afectan a las de primera ocupación y funcionamiento que sean consecuencia de obras y de actividades con título habilitante anterior a la adopción de este acuerdo de suspensión.

Dentro del trabajo de este Ayuntamiento por la protección del patrimonio también se ha realizado, por primera vez en 25 años, una modificación del Plan General para ampliar el catálogo de edificios protegidos e incluir entre ellos a la arquitectura contemporánea e industrial.


Nadie protegió a la central

El año que acaba de concluir ha visto la pérdida de un edificio singular de nuestro distrito, ejemplo de arquitectura industrial de las primeras décadas del siglo XX: la estación telefónica más antigua que se conservaba en nuestro país, como apunta Mercedes Gómez en la web Arte en Madrid.

Estaba en el número 47 de la calle Hermosilla, esquina a Núñez de Balboa, y como podemos leer en el blog Historias de la Telefonía en España, era anterior a la propia Telefónica: “es una de las dos centrales urbanas previamente construidas y puestas en servicio por la Compañía Madrileña de Teléfonos con equipos de conmutación manual. […] Esta subcentral y la de Jordán, como se denominaba entonces, fueron los primeros nodos sobre los que comenzó a crearse la incipiente red urbana
telefónica de Madrid, añadiéndose la previamente existente
en el número 1 de la Calle Mayor, en la Casa Cordero”.

Fue construida en 1916, trabajo a cargo del arquitecto Enrique Martí Perla. “Había sufrido reformas, perdido decoración exterior y ya no estaba en uso debido a los cambios tecnológicos”, detalla Mercedes Gómez. Finalmente, Telefónica, en el marco de su plan de reconversión del cobre a la fibra óptica que en 2021 supuso el cierre de 700 centrales, ha terminado derribándola en noviembre de 2022 y dejando así a nuestro distrito
sin un elemento patrimonial importante.

ROBERTO BLANCO TOMÁS


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