Política y realidad

Foto: JGarcia - PAH Madrid Foto: JGarcia - PAH Madrid

ROBERTO BLANCO TOMÁS. Julio 2017.

La política “oficial” continúa su existencia como dimensión paralela a la realidad: que no entra en contacto con ésta ni se espera que lo haga. Si echamos un vistazo a los periódicos de junio, seguimos encontrando temas que solo interesan a los miembros de partidos con representación parlamentaria y que al común de los mortales nos traen bastante al pairo. Me refiero por ejemplo a las cuestiones internas del PSOE tras sus primarias. O a las mociones de censura en los Parlamentos autonómicos y estatal, ambas sin posibilidades de prosperar, que a unos les han servido para sacar pecho y tomar un poco de aire entre caso y caso de corrupción, y a otros como golpe de efecto para intentar situarse a la cabeza de la autoproclamada “izquierda” parlamentaria. Y cómo no, el que a veces parece “el único tema”: el referéndum en Cataluña. No creo que ser ciudadano español o catalán vaya a suponer demasiada diferencia en las condiciones de trabajo de un currito de Cornellá, pero ahí lo tienen: páginas y páginas de periódicos.

Resumiendo: “vengan a ver el mayor espectáculo del mundo: el circo de la política”. Porque todos estos temas ayudan a distraer la atención de lo que verdaderamente importa, de lo que no se habla demasiado, y cuando se habla es para meter más ruido o hacernos creer que se está haciendo algo. Vean algunos ejemplos.

El primero de ellos sería la corrupción, que sí sale en los medios, pero siempre como algo que en teoría se está persiguiendo y que se encuentra localizado en grupos concretos. Aunque en este fenómeno está implicada gente de todo tipo: políticos, funcionarios, empresarios… incluso futbolistas. Y en cuanto a los primeros, los casos se reparten entre todos los partidos que han tocado alguna parcela de poder (obviamente, cuanto más poder ha tocado el partido, más casos “le salen”). Da para pensar si no será que todo nuestro sistema está basado en la corrupción, y así es como funciona…

Otro: los desahucios. Desde diversas Administraciones se ha querido extender el mensaje de que este problema estaría remitiendo, pero según datos del Consejo General del Poder Judicial los lanzamientos en nuestro país han subido un 2,2% con respecto al primer trimestre del año pasado (17.055 frente a 16.690). De ellos, 9.612 fueron desalojos de alquileres, algo que aumenta de forma especial (un 5,8% más que en 2016). En la Comunidad de Madrid, los lanzamientos han subido por encima de la media: un 5,5%. Y las Administraciones implicadas continúan sin dar soluciones efectivas para garantizar el derecho constitucional a una vivienda digna.

Tampoco parece que tomen muy en serio otra de las lacras de nuestra sociedad: la violencia machista. Se realizan muchos actos simbólicos y se escriben muchos comunicados, pero las víctimas mortales siguen aumentando: según datos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, a 13 de junio de 2017 ya iban 28, frente a las 21 de la misma fecha del año pasado. Una sola mujer muerta ya sería un fracaso, por lo que esta cifra es al menos 28 veces intolerable. Se esté haciendo lo que se esté haciendo, no sirve.

No quiero terminar sin ofrecerles un ejemplo más, del que no se habla apenas. Según el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, se han registrado 183.557 accidentes de trabajo con baja de enero a abril de 2017, un 3,7% más que en el mismo periodo del año anterior. Esos mismos meses se produjeron 202 accidentes de trabajo mortales, 10 más que en el mismo periodo del año anterior. Con uno, dos, tres… incluso con siete casos, podemos hablar de “accidentes”… Pero cuando son casi doscientos mil y hay 202 muertos en cuatro meses, ya solo cabe hablar de mala política o desinterés… O las dos cosas.

En fin, ya solo con estos cuatro ejemplos los señores y señoras de la política “oficial” tendrían bastante tarea como para “dejar el espectáculo”. Claro, que a lo mejor no se metieron en política para esto…

 

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