La esteatosis hepática o hígado graso no alcohólico

HOSPITAL Nª Sª DEL ROSARIO. Febrero 2019.

Por sorprendente que parezca, el hígado graso no alcohólico (HGNA) es la enfermedad hepática crónica más frecuente en el mundo, con una prevalencia global en sujetos adultos en torno al 20-30%, aunque varía según las zonas geográficas (30-46% en EE UU y 25-30% en Europa). Los factores que favorecen ese depósito de grasa en el hígado son el sobrepeso, la obesidad central (abdominal), la dislipidemia, la resistencia a la insulina y la diabetes mellitus tipo 2. Su  forma  más  benigna  se  denomina  “esteatosis  simple”.

Las alteraciones principales  que  conlleva  son  la  afectación  hepática  y,  asociadamente, la del sistema cardiovascular. Su diagnóstico y su tratamiento son de gran trascendencia, puesto que en determinadas circunstancias puede existir progresión a través de  inflamación y posterior desarrollo de  fibrosis, pudiendo desencadenar cirrosis hepática  y, consecuentemente, sus distintas descompensaciones, como es la implantación de carcinoma hepatocelular. 

En las décadas pasadas, la enfermedad por depósito de grasa a nivel hepático se consideraba benigna al compararla con las etiologías etílicas y virales. En la actualidad, sin embargo, la esteatosis hepática se observa como un claro problema de salud que se concreta en:

  1. Alta prevalencia con capacidad de progresión asintomática, lo que permite que exista un número de pacientes con enfermedad hepática avanzada (cirrosis oculta), próximo al 1% en poblaciones generales.
  2. El aumento de la incidencia del HGNA, que hoy en día se está convirtiendo en una de las causas más importantes para el desarrollo de cirrosis y, por ende, en una de las indicaciones de trasplante de hígado más frecuente.
  3. Una de las causas más habituales de desarrollo de carcinoma hepatocelular (CHC).
  4. La existencia de HGNA no solo aumenta la morbimortalidad hepática, sino también la de causa cardiovascular (infarto, ictus, miocardiopatía) y la de algunos tumores (cáncer de colon). Es decir, incrementa la mortalidad global de estos pacientes.

Dr. Gerardo Clemente Ricote, 

jefe del Servicio de Hepatología

del Hospital Nuestra Señora
del Rosario 


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