Fernando Marco, traumatólogo, catedrático e investigador, nuestro ‘Vecino del mes’



JAVIER GALLEGO. Noviembre 2019.

Fernando Marco es un traumatólogo que actualmente combina las tres facetas del ejercicio profesional de un médico: la asistencia a los pacientes en el Hospital Nuestra Señora del Rosario, la enseñanza tanto a los futuros médicos alumnos de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid como a los residentes o a especialistas y, finalmente, la investigación a través de la dirección de estudios científicos que se centran en el cartílago articular (artrosis), la cicatrización tendinosa (patología del manguito rotador del hombro) o las fracturas (regeneración ósea).

¿Cuál ha sido su trayectoria?

Cursé mis años de médico interno residente (MIR) en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid y, desde entonces, he seguido vinculado al mismo, primero como médico adjunto y, después, como Jefe de Sección hasta desempeñar en la actualidad el puesto de Jefe de Servicio. En paralelo he desarrollado mi carrera docente e investigadora, y así obtuve primero la plaza de profesor titular de universidad, y después, por oposición, la cátedra de Traumatología y Ortopedia de la Universidad Complutense, que ejerzo en este momento.

¿Y cuál ha sido su mayor reto?

Aunque parezca un formulismo, a un cirujano se le presentan sus mayores retos a diario. Simplemente por la necesidad de ofrecer a sus pacientes una asistencia de las máximas calidad, seguridad y eficacia. Esto nos obliga a estar permanentemente actualizados. Nuestra vida debe estar siempre enfocada al estudio y a la formación continuada. Más allá de ese hecho, he de decir que he desempeñado puestos en mi vida profesional que me han supuesto un desafío atractivo. Así, he sido presidente de la Comisión Nacional de la Especialidad de Cirugía Ortopédica y Traumatología en el Ministerio de Sanidad, teniendo que contribuir a velar por la mejor formación de nuestros MIR españoles. Fui director médico de Hospital Clínico San Carlos, abordando los aspectos siempre difíciles de la gestión sanitaria. Y he sido presidente de la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología (SECOT), que agrupa a más de 6.000 traumatólogos españoles y se encarga de fomentar el desarrollo científico y las relaciones profesionales. 

¿Qué es lo que más le motiva de su profesión?

La traumatología es una especialidad extremadamente atractiva para el ejercicio profesional. Combina tanto los aspectos puramente médicos del diagnóstico y el tratamiento con las más avanzadas técnicas quirúrgicas. Todo ello dentro de un espectro de patologías muy amplio que afectan a cualquier área del aparato locomotor y, además, implicando a un porcentaje elevadísimo de la población. Baste como ejemplo el pensar que los traumatólogos nos ocupamos de las lesiones deportivas, de los traumatismos infantiles, de los accidentes laborales o de tráfico, del politraumatizado grave, de las artrosis y la cirugía protésica o de las fracturas que acontecen cuando somos mayores y tenemos osteoporosis.

¿Cómo ve el presente y el futuro de la salud en Madrid?

Vivimos en un área privilegiada desde el punto de vista de la asistencia sanitaria. A una red pública muy desarrollada se unen los recursos de la sanidad privada, que completan un panorama repleto de grandes profesionales, buena infraestructura y alta tecnología. Madrid es capaz no solo de cubrir sus propias necesidades, sino de ofrecer recursos punteros a otras zonas del territorio español e, incluso, internacional. Sin embargo, este mismo hecho es difícil de mantener debiendo dedicar suficientes recursos para evitar el desgaste del sistema. Cualquier descuido o paso en falso en la gestión sanitaria puede implicar una pérdida de empuje que se traduzca, por ejemplo, en la desmotivación de los sanitarios o la obsolescencia de tecnologías e infraestructuras.

Háblenos un poco de sus proyectos a futuro, u otros retos en los que participa actualmente.

Me interesa especialmente el cambio de enfoque de la traumatología tal como la conocemos actualmente. Es verdad que somos capaces de realizar técnicas quirúrgicas altamente eficaces que solventen desde fracturas hasta deformidades o artrosis. Sin embargo, debemos implicarnos en lo que se ha dado en llamar “la ortobiología”. Se trata de actuar en los procesos de una manera diferente, evitando las fases finales del deterioro del aparato locomotor. La regeneración ósea o cartilaginosa, la ingeniería tisular, la reparación tendinosa o la reparación de las fracturas a través de la aplicación de factores reguladores o de crecimiento, células pluripotenciales o andamiajes biológicos son un hecho que aún manejamos de manera limitada, pero deberá estar protocolizado en el futuro cercano. Por otra parte, me vinculo a iniciativas de cirugía robótica en traumatología, que es una especialidad especialmente adaptada para estos desarrollos.

¿Desde cuándo trabaja como traumatólogo en el Hospital Nuestra Señora del Rosario? ¿Por qué decide incorporarse a este centro privado?

Mi vinculación al Hospital Nuestra Señora del Rosario surge muy temprano en mi carrera profesional, comenzando a colaborar como ayudante con el profesor Luis López-Durán. Desde entonces, y de manera continuada, he seguido trabajando en el hospital hasta llegar a dirigir en la actualidad el equipo de Traumatología EQAL (Especialidades Quirúrgicas del Aparato Locomotor). Si bien mi asociación con el centro fue en sus inicios producto de la casualidad, muy pronto dejó de serlo y he mantenido mi presencia fruto de una apuesta personal por un hospital que considero que representa las mismas ideas que comparto sobre la asistencia a los pacientes. Podría resumirlas en tres: el respeto al enfermo, la mejora continua y el trabajo en equipo. Mi decisión de seguir ejerciendo en el hospital se ha visto correspondida siempre con el apoyo del centro y he de decir que disfruto el día a día del trabajo asistencial en él.

¿Qué importancia tiene el Hospital Nuestra Señora del Rosario en el ámbito de la traumatología, tanto desde el punto de vista profesional como tecnológico?

El hospital ofrece actualmente una cartera completa de servicios dentro de la amplia especialidad de la Cirugía Ortopédica y Traumatología. Nuestra disciplina tiene actualmente una situación de “superespecialización” que exige contar con profesionales formados en las diferentes parcelas. Es verdad que muchas de las técnicas quirúrgicas pueden realizarse con seguridad y eficacia por el colectivo de traumatólogos. Sin embargo, algunos procesos exigen formación específica. En el centro contamos con  desarrollo en cirugía compleja de pelvis, sustituciones protésicas, cirugía de la mano-muñeca, pie-tobillo, hombro y codo o raquis. Todo ello se complementa con cobertura de la asistencia urgente que permite trabajar con probada seguridad. Completamos el panorama asistencial con Reumatología, Medicina Deportiva y Rehabilitación. Trabajamos con los mejores equipos de diagnóstico por imagen y la tecnología que utilizamos en quirófano es puntera en nuestro campo. 

Y para terminar, ¿cómo es su relación con el Distrito Salamanca? 

Soy “urbanita” de Madrid por definición. Casi vecino del Distrito Salamanca, por el número de horas al día que paso en el Hospital Nuestra Señora del Rosario, aunque vivo en Chamberí. Me gusta pasear, visitar y comer por los alrededores del centro. Disfruto de este entorno privilegiado como un vecino más.

 

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