Desde el verano de 2013, los vecinos del distrito de Salamanca hemos podido comprobar el deterioro progresivo de nuestras calles y parques. En noviembre de 2013, nuestros barrenderos y jardineros convocaron una huelga que muchos entendimos, y otros tantos no. Como consecuencia de aquello, hoy tenemos las calles y los parques hechos una porquería. Es difícil pasar al lado de los puntos de reciclado sin tener que aguantar la respiración por el fuerte olor a orín, ver papeleras que rebosan, bolsas de basura en cualquier parte y sacos de escombros sembrados por todas las calles que pueden estar ahí durante semanas. Salir a pasear se convierte en un circuito de obstáculos: cuidado dónde pisamos, porque es difícil no pisar una “caquita” que alguien ha dejado ahí. Claro… en las papeleras es más fácil no encontrar bolsas que encontrarlas (y si preguntas al barrendero, te dice que ellos no las reponen y que avises al 010).Cuando llueve, se forman charcos de agua negra y maloliente, que las rejillas y alcantarillas no tragan porque están llenas de barro y porquería. Tenemos plantas de todo tipo que crecen en las aceras, en los alcorques de los árboles, algunas de las cuales vemos florecer y marchitarse sin que nadie venga a quitarlas de un lugar donde no deben estar.
Qué triste ver pasar un barrendero y que solo vacíe las papeleras de tu calle, ¡pero alegrarte de verlo porque hacía días que no veías a ninguno pasar por allí! Pero más triste aún es ver cómo un señor del servicio de limpieza se dedica todas las noches a “limpiar” la prensa diaria en la calle Juan Bravo, en la Asociación de la Prensa, escalando a la ventana, seleccionando el material que le interesa y tirando el resto otra vez a la ventana. Éste es el servicio de limpieza que estamos pagando los madrileños.
Un vecino del Distrito Salamanca