Que vuelvan los libros a la BPE Manuel Alvar

El 8 de julio de 2023 se cumplieron 100 años del nacimiento de Manuel Alvar López, importante lingüista español cuyo legado está hoy no sabemos dónde pero desde luego no al alcance de la ciudadanía, tal y como él quiso al cederlo a una biblioteca pública.

El cierre de esta importante biblioteca, que recibió, en el último trimestre que estuvo abierta, 159.506 visitantes y realizó 36.502 préstamos, solo se explica por la desidia de las Administraciones responsables. En primer lugar el Ministerio de Cultura, y después la Consejería de Cultura de la Comunidad. Ambas Administraciones han logrado el mérito de tener cerrada esta biblioteca pública durante… ¡cuatro años y medio! 1.646 días en los que este valioso fondo ha sido inaccesible para el público del Distrito y de todo Madrid.

Las asociaciones, vecinas y vecinos interesadas por su apertura no entendemos cómo desde que en agosto de 2020 se hizo entrega de las obras de emergencia (que cerraron la Biblioteca Manuel Alvar en abril de 2019) las Administraciones responsables no han sido capaces hasta el pasado invierno (diciembre de 2022) de trasladar su fondo, pero menos todavía puede comprenderse que a día de hoy las obras, debidamente presupuestadas, autorizadas por el Ayuntamiento de Madrid y licitadas por el Ministerio sigan sin dar comienzo. Más de tres millones de presupuesto por parte del Ministerio de Cultura, cuyo destino es una incógnita, puesto que las obras, que deberían haber empezado ya, siguen sin iniciarse en la cerrada biblioteca.

Las bibliotecas públicas son el medio por el que los poderes públicos posibilitan el ejercicio efectivo del derecho de la ciudadanía para acceder a la información, la educación y la cultura. ¡Queremos que vuelvan los libros! Una biblioteca pública es un centro cultural de primer orden, dinamizador de la vida social de todas las personas que la utilizan, generador de iniciativas y magnífico ejemplo de convivencia e inclusión. Nada de todo esto parece interesar a esas Administraciones que tanto invierten en “fomentar la lectura” y tan poco interés muestran en que podamos acceder a nuestros libros.

Triste centenario de un legado que hoy no sabemos dónde está, pero lo que sí sabemos es que no está donde debería: junto a las vecinas y vecinos en su biblioteca pública, en la calle de Azcona, en Madrid.


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