Nissan Leaf: ponte las pilas

JESÚS A. BORNAO.

Cuando en el año 1997 Toyota lanzó al mercado japonés su modelo Prius, híbrido con motor de gasolina y eléctrico, nadie apostaba por la popularización de vehículos que dependiesen de la energía eléctrica para su funcionamiento. Cuatro años después comenzaba su exportación a nivel mundial. En 2011 ya se habían vendido un millón de unidades en el mercado de Estados Unidos y otro millón en el mercado japonés, con independencia de las ventas en el resto de países.

Ante el éxito de estos vehículos híbridos, los fabricantes avanzaron un paso para construir vehículos únicamente con tracción eléctrica. Uno de estos fabricantes es Nissan, que lanzó su modelo Leaf en 2010 sobre la base de un propulsor únicamente eléctrico y con una potencia de 109 CV, potencia más que suficiente para mover con desenvoltura a un vehículo polivalente de cinco puertas, de casi 4,45 m de largo y 370 litros de maletero, 100% eléctrico, lo que llamamos “emisión cero”.

El nuevo modelo de 2016 no supone un cambio radical respecto al anterior, aunque sí aporta algunos cambios; pero el principal, el que afecta más a los vehículos de este tipo, es su autonomía. Los anteriores modelos podían circular sin recargar del orden de 125 kilómetros, circunstancia que limitaba mucho su uso. El que nos presenta Nissan se sitúa en la vanguardia de los vehículos eléctricos, al recorrer, según las baterías por las que optemos, entre 200 y 250 km. La disposición de las mismas hace que tengamos un centro de gravedad más bajo y menos inercias en curvas, aunque lógicamente estos vehículos no están pensados para un uso deportivo, sino para poder ser utilizados con un coste bajísimo.

¿Hacia quién va dirigido este modelo? Básicamente hacia personas que no les importe pagar un poco más en su adquisición a cambio de un gran ahorro en el combustible, que en este caso se obtiene de la red eléctrica; pero también a personas que en sus desplazamientos diarios no superen los doscientos kilómetros o bien que superándolos cuenten con un simple enchufe en sus trabajos o sus domicilios donde puedan recargar las baterías. Con estos vehículos tenemos que acostumbrarnos a realizar la misma operación que con nuestros teléfonos móviles: enchufarlos siempre que podamos. A cambio tenemos un mantenimiento barato y un consumo mínimo.

Nissan ha estudiado todas las posibilidades de uso, y si su cliente lo necesita, puede disponer de un vehículo convencional, de gasolina o gasoil, durante dos semanas al año, justo el tiempo para disfrutar unas agradables vacaciones dando tregua al enchufe. También el fabricante ha estudiado muy variadas posibilidades de financiación, e incluso el abono de toma eléctrica en su garaje, sea individual o colectivo, petición de autorizaciones incluidas.

Después de comentar las utilidades y el funcionamiento de este modelo, casi olvido indicarles que el vehículo tiene una capacidad para cinco personas, con un maletero pequeño, cosa normal teniendo en cuenta que no es un coche para viajar y que se desenvuelve bien en el tráfico urbano.

Vayan a un concesionario aunque solo sea por curiosidad para ver el desarrollo que está teniendo la electricidad aplicada a la automoción. Cada día están más cerca de hacer coches con más autonomía y menores precios. Cuando esto ocurra, las calles de nuestras ciudades se llenarán de coches de este tipo.

 

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