Ecografías y análisis, y no teorías

150423-JORJITA

Se me está inflamando la tripita porque el hígado no deja de crecer.

EL DIARIO DE JORJITA MAYO 2015


Ecografías y análisis, y no teorías


 
Las noticias de este mes no son buenas, porque el adenocarcinoma tubulopapilar
mamario que hizo metástasis a mi hígado y abdomen se ha puesto muy revoltoso, y ya no le hace efecto el tratamiento con Palladia 50. De hecho me está inflamando la tripita porque el hígado no deja de crecer. Todo un jarro de agua fría para mi humana, que alegre pensaba que le estábamos ganando la batalla.

Ya os conté cómo un veterinario no atendió adecuadamente mi embarazo de riesgo, causando la muerte de mi cría, y cómo otro me practica la cesárea y no me esteriliza, alegando además que no había ninguna necesidad de hacerlo, cuando ya en 2010 se empezaba a conocer la intima relación entre la falta de esterilización y el cáncer. Pero ahí no termina mi odisea, ni las idas y venidas desesperadas de mi humana.

En julio del año pasado, y ya ante la evidencia de tumores mamarios en las dos hileras, me extraen una de ellas a la vez que por fin me esterilizan. De nuevo la cirugía es un éxito, porque me restablezco al día siguiente, pero este veterinario le recomienda a mi humana no analizar los tumores extraídos, “ya que tienen un buen color y es evidente que son benignos”…

En noviembre, y cuando me van a extraer la segunda hilera, se encuentran en el abdomen un tumor del tamaño de un balón americano. Y digo “se encuentran con él”, porque la verdad es que no me habían practicado ninguna ecografía, pese a que mi humana les había advertido de la posibilidad de nuevos tumores. Este no se veía a simple vista, pero apareció al tumbarme para la operación.

Después han venido teorías sobre si la quimio buena o mala, sobre si me habían extraído el bazo, que resultó que no, y muchos errores producidos por no hacer las pruebas oportunas y por no derivar al especialista adecuado directamente mi caso.

Tiempo perdido. Justamente un tiempo que yo no tengo.

Finalmente mi humana, y después de dar mil vueltas, localizó al único centro fiable en Madrid especializado en oncología animal. Y por fin llegaron las ecografías permanentes, los análisis y el seguimiento, pero mi bichito ha resultado ser muy insolente.

Mi aviso este mes para los humanos responsables es que pidan siempre análisis y pruebas, y que no se dejen convencer por teorías o resultados realizados a ojo. Y evidentemente, ante la posibilidad de una enfermedad mortal como la mía, busquen al especialista, porque los “veterinarios de cabecera” en estas patologías no pueden ayudar. Ya sé que todo esto se convierte en un gasto tremendo porque se nos trata como artículos de lujo, en esta sociedad violenta y pragmática donde la salud de cualquier ser es un negocio, pero si su mascota es para ustedes un miembro de la familia más, es algo por lo que tienen que pasar. Y evitar así aprender todo lo que les cuento, por una vía tan dura como la que ha sufrido mi humana.

Ella ahora tiene que hacerse a la idea de que en un tiempo corto ya no la acompañaré, daré cariño, le hare reír o sencillamente le acariciaré el corazón con esa ternura que las mascotas sabemos dar. Pero sé que para ella siempre estaré presente.



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